Con mucho sufrimiento, como han sido los últimos resultados, los emplumados vencieron (2-1) a Juventud Independiente, para mantenerse al acecho, por un punto, del líder Santa Tecla.
Un duelo directo por alcanzar el liderato. Pero la ventaja de ser local era la oportunidad y el compromiso que tenían los emplumados para salir con una mentalidad agresiva, aunque el planteamiento usado por el técnico Julio Dely Valdés era un tanto conservador (4-4-1-1), preocupado con el juego en el medio campo.
Usar este esquema desde un inicio era la novedad del equipo, así como utilizar a Gilberto Baires, desde el arranque, siendo uno de los jugadores que en otros compromisos le ha dado resultados favorables.
Los primeros minutos del partido bastante parejos, con dos remates por equipo a portería, pero con dirección desviado. Hasta que al minuto diez, en un contragolpe de los naranajas, Baires puso pausa, para ver como el “Yuyu” Muñoz se abrió por la izquierda, para meter un balón filtrado, a la que el delantero llegó con velocidad y, ante la salida del portero visitante, lo venció con un toque suave y elevado.
Tras la anotación, Águila tomó más fuerza, pasó a controlar más tiempo la pelota y también para contar con tres ocasiones claras para aumentar el marcador y pasar a tener un partido más tranquilo, pero el equipo no las supo aprovechar
A los 12 minutos, dos después del gol, un cabezazo de Muñoz terminó en el larguero. En esa misma, se vino el remate de Castro, que tapó el portero de los arqueológicos, Julio Martínez.
Luego, en el 24’, en un contragolpe, Nico habilitó a Baires, quien entraba en solitario por la izquierda, tratando de definir con un toque suave y elevado, pero el cual el triniteño Yodince Marshall desvió y evitó la anotación, casi de la línea de gol. Una más sumaron los "negronaranjas", cuando Muñoz volvió a asistir a Baires, quien llegaba desde el centro y casi a puerta vacía la mandó arriba de la meta.
Sin embargo, esa alegría se convirtió en tristeza cuando Juventud encontró la paridad, de manera polémica (leer nota abajo) en el marcador, tras un tiro libre que cobró de manera directa Rodrigo Rivera (37’) sobre la barrera, y alojándose en el ángulo superior izquierdo, al que no le llegó Benji Villalobos.
Para el árbitro, el partido ya no fue igual, a partir de aquí. La falta de experiencia y personalidad hizo que varias acciones se le salieran de control.
El partido tuvo un trámite parejo para el segundo tiempo. Con menos espacios por la marca reforzada que hicieron de la media cancha hacia atrás. Las ocasiones a gol fueron esporádicas y generadas con claridad a través de una jugada a balón parado.
Pero al minuto 66’, de esas pocas ocasiones a balón dominado, Baires desbordó por la izquierda, ganó línea de fondo y metió un centro atrasado en el que Óscar Cerén llegó en una barrida para definir y anotar el segundo (2-1), que terminó sentenciado este partido, por muy mínimo, bastante merecido para los migueleños.
Expulsión de Toral
El gol trajo grandes protestas del plantel emplumado, incluyendo algunas muy airadas del cuerpo técnico de Águila, porque al momento del tiro libre el central Francisco Quiteros levantó la mano, señalando que la acción sería doble jugada. Quinteros avaló el gol y las discusiones terminaron con la expulsión del preparador físico de los migueleños Julio Toral.